Empresa de transportes quiso demostrar a sus clientes lo fácil que es pasar de una ciudad a otra en el continente. Las puertas unieron Barcelona, Bruselas, Milán y París
¿Te imaginas una puerta en Plaza de Armas que conecte con la playa de Copacabana o con Plaza de Mayo? Eso es básicamente lo que hizo una empresa de ferrocarriles para promocionar los viajes entre ciudades de Europa.
La campaña «Europa está a la vuelta de la esquina» instaló coloridas puertas con los nombres de las ciudades a las que llevaban puestas en ellas y las ubicó en distintos puntos de París (Francia).
Las puertas contenían en su marco una pantalla plana, y contaban con una cámara que permitía interactuar en tiempo real con otras ciudades.
Así, en Milán un mimo imitaba a quien abriese la puerta; en Bruselas, un dibujante les hacía un retrato; o podían incluso bailar hip hop en Barcelona.
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